—¡Buenos días, cuervo! —dijo la zorra muy sonriente—. ¿De dónde vienes tan temprano?
El cuervo, que era educado y profesaba una buena estima a la zorra, abrió su enorme pico y respondió:
—¡De Mallorca!
Pero lo había abierto tanto por la alegría de hablar con su simpática amiga, que se le cayó el queso.

Nuestro pollo protagonista se encuentra una moneda escarbando en un basurero y decide marchar hacia la corte cantando que se casará con la hija del rey, puesto que es más rico que él. Por supuesto, el monarca intentará evitarlo...